• Para Violoncello y Piano
  • 2018 | Mención de honor en el 39º Concurso Jóvenes Compositores Frederic
    Mompou
    La obra traza un viaje sonoro que evoca la experiencia de ascender hacia la cima más alta de
    una región montañosa española. En su desarrollo se reflejan el esfuerzo físico, la respiración
    entrecortada y el pulso acelerado del ascenso, junto con la influencia constante de aspectos
    naturales como, por ejemplo, el viento. La sonoridad evoca los pensamientos internos frente
    a un reto como la fatiga, la duda, la persistencia y, finalmente en este caso, la percepción
    satisfactoria de la altura alcanzada. La obra se construye así como una metáfora del impulso
    humano por superar el límite, donde naturaleza y psicología se entrelazan..